blog

Sembradoras de vida

El Año Internacional de la Agricultura Familiar es un momento oportuno para destacar la labor y esfuerzo ancestral de la mujer en su conexión con la madre tierra

El Año Internacional de la Agricultura Familiar es un momento oportuno para destacar la labor y esfuerzo ancestral de la mujer en su conexión con la madre tierra y para acercarse como sociedad al rescate de los huertos familiares.

Por Ingrid Reyes y Narcy Vásquez

Durante milenios las mujeres han cultivado la tierra y esto ha quedado representado a través de la historia.  Existen piezas arqueológicas y documentos mayas donde aparecen antecedentes de la mujer como sembradora.  Se reconoce que las mujeres de los pueblos originarios hicieron posible la sobrevivencia de la especie humana en un largo proceso de práctica creadora, de investigación y desarrollo tecnológico.

La Defensoría Indígena Wajxaqib’ No’j enfatiza el trabajo de la mujer desde esa época, relacionado con el proceso de domesticación de las semillas de plantas y animales.  Afirman que ellas experimentaron la combinación de siembras y han preservado el legado de semillas y alimentos.  El escritor y granjero estadounidense Wendell Berry afirma que “sin importar qué tan urbana sea nuestra vida, nuestros cuerpos viven de la agricultura.  Nosotros venimos de la tierra y retornaremos a ella.  Es así, que existimos en la agricultura tanto como en nuestra propia carne”. 

Berry anuncia en su breve frase una visión mundial de la necesidad del rescate de la soberanía alimentaria y sintetiza los propósitos de la protección, conservación y uso sostenible de la madre naturaleza.  Así de significativo es el tema para Guatemala, considerando que el 70 por ciento de los alimentos que llegan a la mesa son producto de los agricultores nacionales y de sus familias.

Los expertos dicen que es preciso involucrarse y reconocer qué se puede hacer desde el hogar y la comunidad.  Un huerto propio, mejorar sistemas para cuidar el vital líquido o para no acumular basura, son algunas de las ideas de autosostenibilidad ambiental.  Todos están invitados para convertir este proceso del diario vivir en respeto a la tierra, cosecha y al cuidado de los ecosistemas.

El agrónomo Hermógenes Castillo comenta que una de las riquezas de la agricultura familiar es la combinación de cultivos.  Los pueblos aprovechan a sembrar no solo una especie, sino se benefician del apoyo de otras plantas que enriquecen las cosechas.  Por su parte, Clemen Gamboa, oficial de operaciones del programa de campo de FAO, que incluye el programa de género, destaca que cuando se habla de agricultura no debe limitarse a sembrar y cosechar.  También están las actividades como la pesca, el cuidado de los bosques, el agua y la conservación de la biodiversidad, entre otras prácticas culturales.   El proceso está siendo rescatado en el mundo, ya que en plantaciones a nivel macro, el suelo se dedica a monocultivos.  Esto no beneficia a la biodiversidad local y el rescate de otras plantaciones son necesarias en la dinámica familiar.  Un ejemplo es la siembra de un árbol frutal que junto con frijoles o plantas verdes capta mejor el nitrógeno, y al mismo tiempo servirá de protección contra los insectos.  Otras siembras adecuadas con estos árboles son la milpa, güicoyes y tomates.

Mundialmente se empieza a ver con más atención el trabajo ancestral de los pueblos.  “Se están rescatando los conocimientos milenarios de la siembra y sin duda la cosmovisión maya guarda rituales y procedimientos trascendentales en el tema de los alimentos”, enfatiza Castillo.  El círculo familiar es responsable del 56 por ciento de la producción agrícola mundial. 

Sembrar y cosechar es más que visualizar una entrada económica para las familias.  Castillo aclara que desde esta cosmovisión toda forma de existencia de vida tiene una relación y es ahí donde surgen las prácticas sobre la importancia de la vida del ser humano, las energías del sol, la luna, la lluvia, el aire, la tierra y otros elementos que llevan a un concepto llamado por los pueblos como “buen vivir”. 

“Los bosques familiares desempeñan también un papel fundamental en las economías mundiales.  En el presente hay más de 100 millones de propietarios como resultado de la reforma de tenencia forestal a gran escala”,  FAO.

causa

Unirse a la causaEn la historia, si alguna vez ha habido un momento para lanzarse a la autosuficiencia, es este milenio.  “No solo es un tema que preocupa a la sociedad, sino además todas las tecnologías hacen que la autosuficiencia y la autonomía sean más accesibles al mundo”, dicen Alan y Gill Bridgewater en su libro Autosuficiencia, una guía para vivir en el siglo XXI.  “Es importante que todos cuidemos los recursos naturales”, afirma la agricultora Bonifacia Tay.  “Usar todo lo que tenemos en casa, la siembra de árboles, enseñarle a nuestros hijos estas prácticas es necesario para cuidar y mantener nuestras tierras”, complementa.

Tay, de 62 años, de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, es una de las mujeres que ha logrado cultivar una parcela familiar exitosa.  Bajo los parámetros del respeto a la madre naturaleza siembra productos orgánicos.  Posee seis cuerdas de terreno, en las cuales hay sembradas cerca de 70 especies, entre alimentos, plantas medicinales y árboles frutales; además, tiene animales de granja.  En la actualidad solo va al mercado a vender sus productos y adquiere lo que no puede producir, como aceite, azúcar y sal.  “Aquí hemos aprendido a tener de todo, incluso medicina natural”, dice Tay.

hazlo-tu-mismaHazlo tú misma

Si deseas implementar algún aporte desde el hogar incluye algunas ideas prácticas para empezar con tus propios proyectos.  Para comenzar, piensa en la producción alimentaria familiar, en la cual se invita a las familias a producir alimentos básicos y a la crianza de especies de animales menores.

Al realizar este proceso aún en pequeña escala, se ahorra dinero, se mejora la alimentación familiar y los alimentos del huerto estarán más frescos.  No necesitas mucho terreno para sembrar, porque si el huerto es para consumo familiar podrías utilizar espacios en jardines, terrazas o ventanales, o incluso utilizar macetas, botes vacíos, canastas, cajones de madera y cualquier recipiente adecuado para ello.

El Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, Incap, explica que el cultivo de las hortalizas es una labor sencilla.  Se cuenta con una gran variedad de alimentos que se adaptan a esas condiciones, como acelga, apio, berenjena, cebolla, espinaca, haba, lechuga, rábano, tomates, zanahoria, por mencionar algunos.  Las semillas se consiguen en mercados y tiendas agrícolas.

El gran reto es que la sociedad lleve una vida autosuficiente.  La finalidad es conseguir el cultivo de sus propios huertos, la construcción de viviendas con materiales amigables con el ambiente, el ahorro de energía, el reciclaje y otro tipo de actividades que empiezan a ser cada vez más necesarios.

Fases lunares
Fases lunares

info-hogar-verde

En-la-mira

En la mira del desarrollo 

¿Qué cambiaría a largo plazo con la dignificación del papel de la mujer en la agricultura?  Escrito en documentos y con la visión de estudiosos, el panorama mundial sería más positivo y la balanza futurista promete que el hambre podría disminuir solo con poner en marcha acciones enfocadas hacia el valor femenino.

Al darle el lugar que merece al trabajo y la capacitación de la mujer, se tendrían resultados a corto plazo.  Según proyecciones de la FAO, 100 de cada 800 personas saldría de la pobreza, un aspecto impactante que se resalta durante el 2014, considerado el Año Internacional de la Agricultura Familiar.

En-la-mira-2

Mejores oportunidades 

María Raquel Vásquez, coordinadora de Alianzas de Mujeres Rurales, por la vida, tierra y dignidad, trabaja con cerca de seis mil mujeres productoras para ayudar a cerrar la brecha de desigualdad.  Con frecuencia se les orienta en diversidad de temáticas que van desde el amor propio hasta sus derechos legales.  “Ellas, al igual que los hombres, se levantan de madrugada y están dedicándose a la producción, así que merecen ser reconocidas y trabajar para ocupar puestos estratégicos en toma de decisiones en sus comunidades”, añade la dirigente.

En la agricultura se ve el posicionamiento de las mujeres que siembran, cosechan, levantan la mazorca y limpian la milpa, junto a sus hijos.  Una labor no remunerada, a lo cual Miriam Domínguez, defensora de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH, asegura es la desigualdad en la retribución económica.  La ganancia que obtiene el hombre no lo reparte de una forma equitativa, dando lugar al control económico.

Rafael Guarchaj, del Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco, Fodigua, agrega que el mismo sistema ha facilitado que continúe la cultura machista.  En la práctica de acceso a la tierra es el hombre quien realiza las gestiones, los trámites, todo lo referente a las necesidades familiares externas, relegando a la mujer a las funciones del hogar.

Falta mucho por hacer en la agricultura familiar.  Es un tema que no se queda solo en el campo, sino involucra a un proyecto de país, que recibe las cosechas y se alimenta de ellas.  Además, es un momento en el cual la autosostenibilidad está presente a nivel mundial y todos pueden actuar desde el hogar.

“1.299,377 familias rurales dependen de la actividad agropecuaria y cinco millones de personas se benefician de ella”, FAO.

niños-Con los niños 

Alejandro Vásquez, presidente de la Gremial de Insumos Agrícolas de Guatemala, explica que un grupo importante de la agricultura familiar son los niños.  Cerca del 60 por ciento de los niños trabajadores del mundo laboran en la agricultura.  Más de 98 millones de niños a nivel mundial trabajan en este tema. Por el momento la Gremial tiene un proyecto llamado Gremiamigos para dar capacitaciones en escuelas sobre la seguridad en el tema de siembra y cosecha.  A largo plazo se espera implementar un nuevo proyecto llamado Gremiescuelas en donde se incluya a las madres y se les impartan cursos sobre el manejo de elementos agrícolas.

 

Fuentes: Miriam Domínguez, defensora de la Mujer de la Procuraduría de los Derechos Humanos, PDH.  Rafael Guarchaj, Fondo de Desarrollo Indígena Guatemalteco.  Soberanía alimentaria y pueblos indígenas en Guatemala, de la Defensoría Indígena Wajxaqib’ No’j.  Clemen Gamboa, oficial de operaciones del programa de campo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO.  Diego Recalde, representante de FAO en Guatemala.  Hermógenes Castillo, ingeniero de la Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala, FAUSAC.  Bonifacia Tay, agricultora.  Alejandro Vásquez, presidente de la Gremial de Insumos Agrícolas de Guatemala. www.greenfacts.org
s