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6 Mitos de la dieta

Bebidas especiales, horas mágicas para comer, adición o supresión de alimentos y consejos antiguos sin bases científicas conforman los mitos dietéticos que ponen en riesgo la buena nutrición.

Es seguro que durante las comidas hayas escuchado diversos comentarios, descubrimientos y consejos sobre el mejoramiento del físico con base en estos mitos. Muchos aseguran su efectividad, pero ¿son verdaderos, una casualidad o una percepción personal?

El primer paso para desmitificar la información que recibas es saber su origen. Diversas personas buscan y reciben información nutricional sin antes consultar a un experto. La nutricionista Rita Godoy indica que la mayoría de mujeres jóvenes motivadas por la apariencia buscan soluciones en Internet y revistas, o se dejan llevar por consejos de amigas, quienes recomiendan lo que a ellas les ha funcionado, olvidando que un plan de alimentación adecuado es individual y está basado en las necesidades de cada organismo.

La nutricionista Ericka Portillo agrega que la desinformación, la búsqueda de reducir peso de manera rápida y sin esfuerzo, incluso controlar la diabetes sin el seguimiento estricto del tratamiento, son las causas de tantos mitos nutricionales.

¿Falso o verdadero?

Las profesionales entrevistadas colaboraron para aclarar los diversos consejos para bajar de peso que seguramente has escuchado o leído. Por ejemplo, los tratamientos de bandas frías, algas y otros ungüentos milagrosos que adelgazan o mejoran la apariencia corporal no siempre son efectivos por sí solos, deben complementarse con una alimentación saludable para que funcionen. Nada se logra si recurres a este tipo de tratamientos y descuidas tu alimentación. Su éxito, en gran parte, se debe a un régimen alimenticio adecuado.

Al final, no existe mejor régimen que la actividad física para bajar de peso y lograr cambios estéticos. Obviamente esta práctica debes acompañarla de una dieta equilibrada y no de las llamadas dietas milagrosas, las cuales no tienen ningún fundamento científico. Abstenerte de comer y sufrir hambre durante unos días solo puede servirte para una reducción momentánea de peso y lo lograrás con la pérdida de líquidos y músculo, lo que pone en riesgo tu salud. Así que antes de seguir alguno de los siguientes consejos, atrévete a descubrir si son mitos o cuánta verdad hay en ellos.

1. El pan engorda

Como todo alimento y fuente de carbohidratos, el pan aporta bastantes calorías por lo que debes consumirlo con moderación. Eso no significa que debes eliminar todos los carbohidratos de la dieta, pues son tu principal fuente de energía. Si los comes en exceso ten la certeza de que aumentarás de peso.

Ya sea de harina refinada o harina integral, el pan aporta casi las mismas calorías. La diferencia entre un producto y otro es que el pan integral tiene más fibra que el pan blanco, lo cual ayuda al sistema gastrointestinal y te da la sensación de saciedad.

2. La fruta como postre aumenta tu peso

Una fruta fresca con cáscara es una buena opción de postre, no aporta demasiadas calorías y es fuente de fibra. Evita comer frutas en almíbar o algunos acompañantes extra como crema batida, miel o leche condensada.

3. Eliminar una comida adelgaza

Pasar muchas horas sin comer produce lentitud en el metabolismo y eso hará que en tu siguiente comida tengas tanta hambre que quieras comer el doble de lo que podrías haber ingerido anteriormente. Portillo aconseja que en lugar de ‘saltarte una comida’, hagas cinco tiempos de comida con porciones pequeñas y saludables. Esto te ayudará a mantener un metabolismo constante y tendrás más probabilidad de quemar calorías. El único tiempo de comida que podrías hacer muy liviano es la cena, pero no debes omitirla en su totalidad.

4. Es necesario tomar suplementos vitamínicos

Godoy indica que si eres una adulta que se alimenta de forma variada y balanceada no necesitas tomar suplementos vitamínicos, a menos que padezcas de alguna enfermedad que comprometa la absorción de ciertos nutrientes o estés en un estado fisiológico que lo amerite, como el embarazo, o si practicas una disciplina deportiva. Recuerda que las vitaminas son micronutrientes que no aportan energía calórica, por lo tanto no engordan. En algunas ocasiones aumentan el apetito, por ello te motivan a comer más y consecuentemente podrías subir de peso.

5. Beber agua durante las comidas, engorda

Esto es completamente falso. Tomar agua antes y durante las comidas te da la sensación de saciedad temprana y te ayuda a reducir la ingesta calórica.

6. Los alimentos con grasas vegetales son más sanos

Los aceites vegetales son grasas más sanas, pero no por ello significa que puedas consumirlas sin moderación. Al solidificar los productos para formar margarinas, los ácidos grasos se ven sometidos a un proceso químico que produce las llamadas grasas trans o hidrogenadas, las cuales tienen una repercusión negativa en tu salud. Las grasas insaturadas (grasas líquidas a temperatura ambiente y grasas vegetales) son las que debes consumir en mayor proporción respecto a las grasas saturadas (sólidas a temperatura ambiente y grasas de origen animal) o grasas trans.

Tu propio cuerpo, tu propia alimentación

Cada persona es única. Por ello es necesario que antes de seguir un régimen alimenticio o suprimir algún alimento de la dieta, consultes con un profesional en nutrición. Pide que te evalúe y así podrá sugerirte los alimentos que más satisfagan tus necesidades nutritivas sin ganar peso extra y teniendo en cuenta tu estilo de vida.

Por Pedro A. Barrera

Fotoarte: Paula Toruño

Foto: Servicios

Fuentes: Ericka Portillo de Samayoa, nutricionista y educadora en alimentación para personas con diabetes, de la Clínica de Roche Diabetes Care. Rita María Godoy, nutricionista de la Clínica de Especialidades.

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