blog

El amor no tolera la violencia

Muchas mujeres han llevado una vida de calvario y otras han encontrado la muerte por no darse cuenta de que el hombre al que amaban era su peor enemigo. Infórmate, haz uso del sentido común y observa bien quién te está cortejando si quieres cumplir el sueño de un romance con final feliz.

Las historias de terror no se dan solo cuando hombre y mujer viven bajo el mismo techo. Hace un tiempo, Ana Gladis Ollas, defensora de los Derechos de la Mujer, llevó el caso de una joven cuyo novio vivía en Estados Unidos. Él la cortejaba, la llamaba, le escribía, le mandaba regalos, pero ella se cansó de la relación y decidió no responder más. Él reclamó la ‘inversión que había hecho en ella’ y la amenazó junto con su familia si no continuaba el noviazgo. Fueron tales las amenazas que ella decidió huir de su casa.

En lo que va del año se han recibido en la Procuraduría de los Derechos Humanos 1,966 denuncias por todo tipo de violencia contra los derechos de las mujeres, específicamente 400 denuncias por casos de agresión por parte del cónyuge. Las cifras, que podrían considerarse un subregistro al conocer la realidad, se limitan al departamento de Guatemala.

Las historias son similares en muchos casos. El agresor se presenta como ‘una persona de lo más encantadora, alegre, apasionada y espontánea. Pero ante el mínimo inconveniente o desacuerdo da indicios de su tendencia a la agresión gritando, explotando con ira, insultando, maldiciendo o tomando decisiones intempestivas de las que pasado un momento se arrepiente’, indica Magda de Garrido, psicóloga y directora de la Fundación para la Juventud y la Familia, Juvenfami.

Muchos agresores logran disimular su tendencia violenta en el noviazgo por temor a perder al ser amado. Por eso es importante que conozcas algunas conductas que podrían ser señales de alarma:

  • Tienen dificultad para aceptar sus errores y, si los llegan a aceptar, es después de una discusión que pone en peligro la relación.
  • Les molesta que les enfoquen sus debilidades porque les cuesta tener conciencia de ellas.
  • Tienden a ser impacientes.
  • Suelen ser impulsivos.
  • Son inmaduros, dependientes en algunas áreas y siempre echan la culpa de sus reacciones a otras personas o circunstancias.
  • Intentan alejar a la mujer de su círculo familiar y de amigos, en especial si hay hombres, diciendo: ‘Te meten cosas en la cabeza’.

Yi1115282102253
La mujer debe saber que si permite este tipo de conductas al recibir regalos excesivamente valiosos y le gusta que el hombre sea cortés o protector más de la cuenta, podría estar en manos de un agresor, agrega Ollas.

En la cabeza de él y de ella

El hombre agresor está convencido de que si no fuera porque ella lo provoca no se comportaría así. De acuerdo con De Garrido, algunos no tienen conciencia y otros no aceptan que son responsables de sus acciones, llegando a considerarse víctimas de la situación.

Mientras las mujeres enamoradas tienen la razón alterada, suelen justificar las tendencias agresivas o piensan que con el tiempo él cambiará. Pero ‘la conducta agresiva no cambia tan fácilmente, necesita de ayuda profesional y un proceso para desarrollar autocontrol’, agrega De Garrido.

Claudia Hernández, de la Fundación Sobrevivientes, explica que las mujeres, especialmente las jóvenes, no ven que el hombre es celoso, posesivo y que les controla hasta la ropa que usan. Lo toman como ‘me está aconsejando’, pero en realidad está imponiendo y controlando. Pregunta a dónde va, con quién y por cuánto tiempo. Le pide prestado el teléfono, pero en realidad está revisando sus mensajes y llamadas. Sin embargo, a él no le gusta que lo controlen.

La ingenuidad de ella se refuerza cuando tiene solo 15 ó 16 años de edad y quiere salir de su casa por problemas con sus padres. Se ilusiona con un hombre que aparentemente le ofrece estabilidad y en esos momentos es cariñoso y protector. Pero a toda edad y en toda relación, la mujer debe tener en cuenta la conducta del hombre y reconocer las señales de alarma. ‘Si el novio es muy celoso, controlador y tiene baja tolerancia a la frustración, podría estar frente a un agresor’, reitera De Garrido.

La mujer agredida

No importa el nivel socioeconómico, el grupo étnico ni la edad. Por lo general, la mujer víctima de violencia es aquella que ha crecido en un ambiente con valores patriarcales, machistas y donde se ha ejercido la violencia, explica Hernández. Sin embargo, también las mujeres que han sufrido abuso sexual en la infancia o con baja autoestima, tolerantes, con tendencia a sentirse culpables y codependientes, suelen hacer conexión con un agresor, agrega De Garrido.

Estas mujeres, desde la que no ha recibido formación académica hasta la que se graduó de doctora, abogada o ejerce como jueza, han llegado a sentirse incapaces de tomar sus propias decisiones. Por esta razón, es necesario fortalecer su autoestima si se quiere romper con el círculo de violencia.

Yi1115282102636

Un asunto de amor

Una forma de autoanalizarse podría ser responder a las preguntas incluidas en el folleto ¿Sabes qué es el amor?, de la Fundación Sobrevivientes:

  • ¿El amor es darlo todo?
  • ¿Piensas que la mayor realización del ser humano es tener una pareja?
  • ¿Crees que el amor puede hacer que tu pareja cambie su forma de ser?
  • ¿Debes dejar de hacer cosas que a tu pareja no le agradan, aunque para ti estén bien o te gusten?
  • ¿Crees que por amor debes perdonar todo, hasta golpes o humillaciones?

Si respondiste ‘sí’ a la mayoría de preguntas podrías tener una relación riesgosa.

Fundación Sobrevivientes explica a las jóvenes, y a quienes tienen añitos más, que el amor es respeto, confianza, comunicación, cariño, sinceridad, comprensión, ternura, responsabilidad, seguridad y libertad, entre otros aspectos positivos. ‘El amor es cuidar lo que amamos, tomando en cuenta sus necesidades personales de crecimiento, de manera totalmente voluntaria y llena de respeto’, palabras del psicólogo alemán Erich Fromm, citadas en dicho folleto.

Por el contrario, celos, golpes, empujones, humillaciones, gritos, sexo forzado, amenazas, separación de la familia y amistades y nada que haga sentir inseguridad o temor pueden ser señales de amor.

Yi1115282102522

El agresor al descubierto

La agresión suele aparecer en el mismo noviazgo, días previos a la boda confundiéndose con estrés, durante la luna de miel o después de ésta y durante o después del primer embarazo, explica Hernández.

Insultos que podrían parecer irrelevantes como ‘no sabes ni cocinar’ y reproches de todo tipo podrían llevar a empujones y bofetadas. Y aún si no hubiera golpes, la violencia es un hecho pues ésta puede ser de carácter físico, verbal, psicológico y económico o patrimonial.

De acuerdo con los expertos en el tema, la relación de pareja debe suspenderse ante la primera agresión. Lo mejor es hacerlo de forma tranquila y estar muy atenta a la actitud del hombre en los días siguientes. Si él reaccionara con persecución o llamadas telefónicas desagradables, es necesario poner una denuncia. Si él nota que se le permite este tipo de comportamiento, aumentará el nivel de agresión. Pero si se le presenta una medida de seguridad podría frenar su agresión, indica Hernández.

Si el nivel de violencia pone en peligro la vida de la mujer, es indispensable que ella no se separe del agresor sin antes buscar ayuda y comunicarlo a la familia para crear un círculo de protección, aconseja De Garrido. La mujer debe recopilar documentos personales importantes como cédula de vecindad o DPI con fotocopias, partidas de nacimiento de los niños (si los hay), y guardar dinero, agrega Ollas.

Es recomendable buscar ayuda psicológica para trabajar en la autoestima, pues la separación se convierte en una lucha emocional diaria, por lo que la mujer debe ser muy inteligente para no dejarse llevar por chantajes. Si tuviera tendencia a buscar este tipo de hombre, debe recibir la terapia necesaria para salir del círculo de violencia.

Ollas comenta que es importante contar con amigas sinceras, pues podrían colaborar para poner la denuncia de manera anónima en la Defensoría de los Derechos de la Mujer. ‘Esto abre la puerta para investigaciones y realizar visitas domiciliares’, agrega la funcionaria.

De no separarse es INDISPENSABLE que ambos reciban ayuda psicológica, la cual pueden solicitar en las diferentes organizaciones de ayuda a la mujer. ‘Si el hombre agrede es porque está enfermo y enferma a toda la familia para toda la vida’, afirma Ollas.

De Garrido aclara que la conducta agresora está relacionada con el carácter y, por tanto, es controlable. Pero si aún no se ha llegado a la vida conyugal, la mujer debe fijarse bien en quién la pretende, concluye Ollas.

Ella es quien agrede

También existen los casos en los cuales es la mujer quien no logra controlar la ira. Aunque no faltan aquellas que recurren a la violencia física, de acuerdo con Hernández, son más comunes las que tienen una conducta controladora, celosa, que arman escándalos, cometen chantaje y se quedan con el salario completo del cónyuge. En todo caso, se trata también de violencia física, psicológica, verbal y económica.

¿Dónde denunciar?

  • Procuraduría de los Derechos Humanos, Defensoría de los Derechos de la Mujer, 12 Avenida 12-11, Zona 11. Teléfono (502) 2424-1775.
  • Ministerio Público, 15 Avenida 15-16, Zona 1, Barrio Gerona. Teléfono (502) 2411-9191.
  • Policía Nacional Civil, en la comisaría más cercana.
  • Organismo Judicial, 7a. Avenida y 21 Calle, Zona 1. Y en los juzgados de Familia y juzgados de Paz.

Por Alejandra Cardona

Fuentes: Magda de Garrido, directora Fundación para la Juventud y la Familia, Juvenfami. Claudia Hernández, de Fundación Sobrevivientes. Ana Gladis Ollas, Defensora de los Derechos de la Mujer. Documento: ¿Sabes qué es el amor?, de Fundación Sobrevivientes.

s