Acaso eres de las que gritan sin control cuando la paciencia se te agota; rompes o tiras algún objeto porque no puedes tener control de lo que te molesta; expresas a todo el mundo lo enfadada que estás hablando mal de las personas o te guardas esa furia y jamás la dejas salir. Te conviene reflexionar cuáles son las razones por las que te enojas con frecuencia porque eso te puede enfermar física y emocionalmente.
El enojo es una energía que puede enfermarte y aunque es normal que lo expreses frente a un hecho que te impacte, debes deshacerte de ese sentimiento, de lo contrario, lo acumulas y te hará daño a futuro, ya sea a corto, mediano o largo plazo. Haz un breve espacio para ti y reflexiona sobre las razones que te transforman negativamente.
Por estrés
Muchas veces ese enojo puede dispararse a través del estrés. Mejor revisa tu agenda, tal vez la recargas demasiado.
Reflexiona si el trabajo que tienes satisface tus expectativas; analiza si tienes muchos roces con alguna persona en particular o compañera de trabajo. Solo obsérvate en qué momento cambia tu temperamento y comienza a trabajar sobre ese punto específico, bien sea organizándote mejor, alejándote de las personas negativas o cambiando de trabajo.
Sufres con el dolor ajeno
Muchas veces, el enojo se manifiesta cuando te desalientas al ver la situación económica en que viven muchas personas, mientras la corrupción se enraíza en quienes deberían resolver los problemas del país. Abre tus ojos hacia la compasión porque así podrás ayudar a quien esté más cercano, sin apegos, desde eso que puedes aportar y alejándote de ese estado de malestar interno.
Dejaste de ser tú misma
Es hora de reencontrarte y que enriquezcas tu autoestima para resolver los sentimientos negativos que han aflorado en tu interior, y no te habías dado cuenta. Una regresión de ello te haría bien para practicar alguna terapia que te ayude a perdonar, perdonarte, agradecer y sanar. Solo vive los sentimientos del hoy, lo que implica una visión positiva de la vida. Verás cómo las mejores ideas brillarán y te abrazarás conscientemente.
El valor de la paciencia
Encuentra qué valor debes fortalecer para que a partir de ahí, logres encauzar tus esfuerzos y compromiso para ser mejor persona, porque es posible que cuando el enojo surge, se te olvide la paciencia.
Es hora de ir a terapia
Si no puedes controlar tus emociones, te conviene consultar un terapeuta que te asesore, pero también practica ejercicios de meditación o algún deporte que te ayude a controlarte mejor.
Fuentes: Anne Bonin, Nonnie Reano Quinteros y Pilar Quera, de Brama Kumaris, NetSpirit.TV
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